Carta enviada a los medios de comunicación de canarias el 22 de Marzo de 2007 .
Hubiera cumplido cien años Francisco Rodríguez Santana , Panchito .
Los guardianes de la tradición
Cuando hablamos de tradición estamos hablando de la transmisión-comunicación ,ceder- traspasar la información de generación a generación y que cumple con la misión de perpetuar esa información y no la de retener o apropiarse de la misma.
El motivo de esta carta es una reflexión sobre la casa de Panchito y centro locero de la Atalaya de Santa Brígida.
Pancho fue uno de los últimos herederos de una tradición que durante siglos se fue transmitiendo lentamente hasta hoy. Gracias a Pancho a su generosidad y talante personal llegó hasta nosotros la técnica de elaboración , pero hemos olvidado que Panchito no solo nos transmitió un legado centenario sino que con su presencia, su calidad humana, y sobre todo su respeto hacia los demás le hacia ser portador de una condición humana fuera de lo común.
Por eso lo admiramos tanto los que en una época nos dejamos caer por su taller y por su comedor de banquetas, exquisitos potajes y ron.
Para empezar habría que hacer un breve análisis del significado que tuvo la Atalaya de Santa Brígida en la transmisión de la alfarería tradicional en la isla de Gran Canaria y en el resto del archipiélago.
La alfarería de La Atalaya de Santa Brígida tal vez por su relativa cercanía a la capital de la isla o por el carácter especial de sus habitantes, era conocida en Gran Canaria y fuera de ella desde principios de 1900.
Son conocidas por todos las fotografías, y postales donde vemos a loseras, guisanderos y habitantes de la zona en pose y actitud de trabajo portando piezas que han pasado a la historia. De siempre ha habido un interés por la técnica y los habitantes de esa población, pero es a partir de los años 70 cuando jóvenes de Gran Canaria y de Tenerife se interesan por conocer por si mismos la técnica de elaboración de la alfarería canaria.
Es en la persona de Pancho en la que encuentran el mayor apoyo y sirve de correa de transmisión para una mayor comunicación con el resto de loseras y población de la zona.
Su casa-cueva era un centro abierto de reunión de los vecinos y conocidos del pueblo que pasaban a todas horas , personajes de lo mas variopinto y auténtico como Manolito el puto, Meína, Merengue, Colás, Santiago maleta, Julio el mierda, Carmen....... la inolvidable Maria la Bambana y por supuesto Antoñita la Rubia .Ya solo continúa trabajando en su cueva-taller Maria la quemá ,ultimo exponente de la tradición alfarera de la atalaya de Sta. Brígida.
Entre asombrados y divertidos pasábamos las tardes de tertulia, los encuentros con los noveleros, fisgones y turistas, que se metían por todas partes, hasta casi meter las narices dentro del plato de oloroso potaje con el que nos brindaba Pancho a diario. Aparte de los estudiosos y entendidos en el tema y algún que otro político o funcionario ansiosos de coleccionar amistades tradicionales.
Juan de Dios , La Engrifá, Antonio el del bajo risco , José el barba Antonio Juan, Valentín con su mágica flauta, el golondriano..... , fuimos una primera hornada de jóvenes curiosos a los que Pancho y los vecinos de la Atalaya de Santa Brígida nos fueron acogiendo con sorpresa y curiosidad.
Gracias su mentalidad abierta a Pancho no se le caían los anillos al hacer reproducciones de cerámica aborigen del museo canario o de la dinastía Ming, de las que salían en las cajas de fósforos.
Es por todo eso que la Atalaya de Santa Brígida ha sido un referente dentro de la alfarería canaria, que marcó e inició en el trabajo de la alfarería a toda una generación de jóvenes que fueron trasladándola al resto de las islas, y que pienso que debería de seguir siéndolo.
Las personas que hasta ahora lo han gestionado, convertidos en los guardianes de la tradición, han hecho una labor de mantenimiento reconocida por todos pero ¿es suficiente, un mantenimiento?. Ellos gestionan una parte del patrimonio, el material , que es el propio centro , pero ¿y el contenido del mismo?, ¿el patrimonio inmaterial?.
Pero analicemos el significado de patrimonio. Según Antonio Limón Delgado del Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla dice “La etimología de patrimonio hace referencia a la propiedad de los bienes recibidos de nuestros antepasados. Según eso, el patrimonio cultural no es otra cosa que un patrimonio publico recibido del pasado.
Pero cualquier patrimonio publico es un patrimonio colectivo y los limites de todo patrimonio colectivo debe ser interpretados por la comunidad, al menos para separarlo del patrimonio privado” .
Habría que analizar la gestión del centro losero y casa de Pancho desde su puesta en marcha, que objetivos se han planteado y los medios que se disponen.
Ya sabemos que las instituciones se suelen lavar las manos y mirar hacia otro lado , pero eso no es justificación para mantener una actitud victimista y solo buscar la ayuda de papa administración , ya que existen formulas que los alfareros y alfareras de las islas ya hemos puesto en marcha y que se pueden utilizar como reclamo y denuncia de la situación de olvido que padece el centro losero.
Un ejemplo, a principios del año 2004 se celebró en la Atalaya un curso de marketing en alfarería en el que participaron alfareros y alfareras de todas las islas, y patrocinado por los cabildos de Gran Canaria(FEDAC) y Tenerife y con en el se quería sentar la bases para una nueva relación entre los alfareros y alfareras de las islas . El curso no se pudo celebrar en el centro alfarero porque tenían concertadas visitas y podíamos entorpecerlas -dos en una semana- y se tuvo que celebrar en un estrecho cuarto de la Asociación de Vecinos que además estaba en obras, todo ello con la pasividad o el miedo de utilizar el centro.
Pienso que no se debe de quedar en un centro que solo gira sobre sí mismo y una casa de vacía de espíritu, como un decorado de cartón-piedra, sino que debe de abrirse y seguir siendo un lugar abierto y participativo, convertirse en referente de la alfarería canaria, centro de documentación y archivo, información de la cerámica tradicional canaria y prehispánica de todas las islas, con talleres teórico-prácticos de formación , desde marketing hasta diseño y mirando hacia el futuro sin perder por supuesto la tradición. Como centro de investigación de pastas canarias y como foro de discusión y búsqueda de nuevos retos y proyectos, con la participación de todos los alfareros y alfareras de canarias , ya que ese es el espíritu del que nos impregnó Pancho ,de generosidad y franqueza.
Parece existir un miedo a compartir un proyecto que nos enriquecería a todos.
El planteamiento no es de “quitate tú pa ponerme yo ”, ni la de tener protagonismo, ni la de los típicos aspectos al uso (quien gestiona el centro = un puestito de trabajo ) sino como se gestiona , que espíritu y filosofía se le imprime, que objetivos tienen .
Toda estas ideas se les han intentado transmitir desde hace años a los actuales gestores del centro, pero parece ser que se han impregnado de una importante característica del barro, la impermeabilidad.
Con la colaboración de todos, con imaginación ,participación y receptividad a nuevas propuestas se puede gestionar un centro de esas características sin echarle la culpa ,como siempre, a la administración (Cabildo-Ayuntamiento) por la falta de interés en el funcionamiento del mismo, o queda la de esperar sentado a la puerta de la cueva que venga el político de turno con una barita mágica, la guagua de guiris o chiquillos a ver si pican, o el cursillo concertado al uso, la subvención etc. , etc. ...
Y por supuesto implicar a la población de la Atalaya de Santa Brígida que es parte importante y fundamental en ese proceso de continuidad.
Silverio López
1 comentario:
panchito es juventud, viejos tiempos, tardes a la sombra en el patio húmedo y mirlos inquietos en la jaula
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